Los discursos parlamentarios de Práxedes Mateo-Sagasta

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Legislatura: 1872 (1ª) (Cortes de 1871 a 1872)
Sesión: 22 de enero de 1872
Cámara: Congreso de los Diputados
Discurso / Réplica: Réplica
Número y páginas del Diario de Sesiones: 1, 42
Tema: Prórroga de la sesión

El Sr. Presidente del CONSEJO DE MINISTROS (Sagasta): Pido la palabra.

El Sr. VICEPRESIDENTE (Becerra): Dispénseme el Sr. Presidente del Consejo; no puedo conceder a V. S. la palabra hasta que se acaba esta cuestión.

Varios Sres. Diputados: ¡Cómo se entiende! (Protestas y enérgicas reclamaciones en uno y otro sentido. )

El Sr. MERELLES: Pido la lectura del art. 42 del Reglamento.

El Sr. VICEPRESIDENTE (Becerra): Pregunto al Congreso: ¿aprueba la conducta del Sr. Herrera? (Varios Sres. Diputados protestan de nuevo, y algunos piden la lectura del art. 42 del Reglamento.)

El Sr. Presidente del CONSEJO DE MINISTROS (Sagasta): Pido la palabra sobre esa pregunta, sobre la cual no ha empezado la votación.

Unos Sres. Diputados: No hay palabra.

Otros: Sí la hay; que hable, que hable. (Agitación.)

El Sr. VICEPRESIDENTE (Becerra): Orden, orden, Sres. Diputados.

Antes de eso, voy a formular otra pregunta, proponiendo al Congreso si debe hablar el Sr. Presidente del Consejo de Ministros.

Varios Sres. Diputados: No, no. El Reglamento le concede ese derecho. (Crece la agitación.)

El Sr. VICEPRESIDENTE (Becerra): Orden, señores Diputados.

El Sr. Presidente del Consejo de Ministros tiene la palabra.

El Sr. Presidente del CONSEJO DE MINISTROS (Sagasta): Sres. Diputados, haciendo uso del derecho que me asiste, y que me da terminantemente el Reglamento, no necesito esperar a vuestras concesiones ni a vuestras benevolencias para hacer uso de la palabra: de consiguiente hago uso de ella. Si hubiera seguido la votación que había empezado, yo no tendría derecho a hablar; pero como no ha seguido esa votación, como se ha interrumpido por una cuestión de delicadeza del señor Presidente que nos presidía, el cual ha abandonado su silla al verse atacado, y como ahora se quiere hacer otra pregunta, sobre la cual se pretende que recaiga otra votación, claro está que me hallo en mi derecho dirigiéndome al Congreso, y diciendo primero que no veo derecho ninguno para que una vez principiada una votación se suspenda, siquiera el Sr. Presidente que la ha empezado haya tenido que retirarse de ese sitio por cuestión de dignidad. Debía seguir, pues, la votación, debe seguir la votación; pero ¿no se quiere que siga? ¿Se quiere entrar aquí en un camino irregular y desconocido? Entremos enhorabuena: suspéndase esa votación, si así lo estima la mayoría del Congreso, y entremos en la votación de la pregunta que ha hecho el Sr. Presidente; pero el Gobierno debe declarar que creyendo que la conducta del Sr. Presidente está ajustada a sus derechos y a las prerrogativas que el Reglamento le concede, el Gobierno se hace solidario de la conducta observada por el Sr. Presidente. De consiguiente, suplica a sus amigos que voten porque el señor Presidente de la Cámara ha cumplido con su deber.

Muchos Sres. Diputados: A votar, a votar.

 



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